La navaja en tu mano
¿Cuántas manos necesitamos para empuñar nuestras mentiras y
tirarlas por el balcón de la incertidumbre ajena? Como si fuera un arma. Como
una navaja que corta, y también hiere cuando no está afilada. Entonces,
¿cuántas manos sin dedos necesitaríamos para empuñarla? Porque, seamos claros,
cuando una falacia ha roto el consciente amor, ya no puede matar ni hacer
sangrar. Muere ese amor y queda sólo el inconsciente. Pero, ¿de qué nos sirve
la inconsciencia? La navaja no tiene mano, la mano no tiene dedos. Es un amor
muerto.
Arantzazu M.Bellido
@AlmaVerso
Comentarios
Publicar un comentario