La soga I
Se me cae el alma a los pies y la tortura se hace más profunda y más profana y me enredo la soga a la mano y tiro fuerte y ya no siento nada. Ya no puedo escribir y mi paz se desangra. La ilustración de un recuerdo es angosta y se escapa. Quizás las lunas de hace mil años sean distintas en el tiempo tan próximas entre ellas, y tan sufridas en el intento. No tengo demasiadas palabras en mi garganta, es una sensación oscura y perturbadora. Pero, de momento, me basta. Arantzazu M.Bellido @AlmaVerso